Había ganas de empezar, y sobre todo, de empezar bien. El fútbol ha vuelto al Estadio José Zorrilla y no lo ha podido hacer de una manera mejor, en un lunes de agosto, que gracias a estos tres puntos de oro se ha convertido en una jornada ilusionante y brillante. El 1-0 ante el Espanyol, choque al que las circunstancias de la primera jornada no restan un ápice de la trascendencia que tiene en esta LaLiga EA Sports para dos conjuntos que buscan el mismo objetivo de la salvación, ha dejado el recuerdo que dejan las noche de verano a las que siempre volvemos en nuestra cabeza. Arrancaba el curso 2024-25 y lo hacía con ovación, la que recibieron las leyendas de 1984 que levantaron el título de la Copa de la Liga.
También lo hacía con una imagen del templo blanquivioleta que invita a soñar, la de más de 22.000 aficionados remando junto a su equipo en el regreso a Primera División, la plaza que merece este Club por historia. Para completar el colorido cuadro faltaban las pinceladas de lo que iba a suceder en el terreno de juego, y la pintura no pudo ser más fluida. Muy bien en la presión e intensos, los chicos de Pezzolano se hacían con el balón y ahogaban al rival. El dominio era local y las principales ocasiones también, en especial el remate de cabeza de Cömert en el minuto 14 que sacó con una gran parada Joan García. El mediocentro pucelano ganaba en creatividad, todo lo que las piernas permiten a estas alturas de temporada, y con esos mimbres llegó el primer grito de gol.
Un cambio de orientación de juego de Amath para Moro desencadenó el 1-0, con el extremo haciendo lo que mejor sabe hacer, encarar, desbordar, buscar el hueco y disparar a puerta. Sí, con fortuna, porque tocó en un defensa para superar a un portero vencido. Pero ahí estaba, el primero de la temporada. También el primero de Raúl Moro en Primera, en su primer partido en la élite en España. La felicidad de las primeras veces era completa, pero solo era el minuto 23 y quedaba un mundo por delante. Sin embargo, el Real Valladolid demostró seguridad, y quizá esa es la mejor señal en este arranque, la de ver a un equipo con personalidad, con madurez, valiente para tener la pelota y muy firme en sus tareas defensivas. Desde la presión de un Sylla incombustible hasta la tranquilidad que demostró el debutante Hein bajo palos, impoluto.
Amallah quiso poner magia con un disparo desde casi el medio campo que se fue alto por poco, buscando sorprender, y de nuevo la tuvo el ’21’ tras pase de Moro, pero su disparo en el área salió mordido. Al descanso el resultado pudo haber sido de 2-0 pero el larguero evitó que el cabezazo Amath, tras una jugada coral de banda a banda, tuviese premio. Ya ‘solo’ quedaban 45 minutos. Pero, como bien sabe el Pucela después del partido que supuso el ascenso en mayo, la vida te puede cambiar en apenas un suspiro. Por lo que tras el paso por vestuarios la cara del equipo no cambió. Esta vez sí, tocaba felicidad. Tras un primer arreón local, el Espanyol ganó metros. Cogía aire, pero no ahogaba a un equipo blanquivioleta, que junto a su gente, apenas sufría sobre el terreno de juego.
Hein controlaba el tráfico aéreo en su área y los futbolistas locales demostraron compromiso en cada repliegue, en cada balón dividido, en cada acción que acercara a la victoria. Se rozó el segundo en un centro lateral al que no llegó Sylla por poco, y se reclamó un penalti sobre Meseguer por agarrón en el área, el segundo que pedía la parroquia vallisoletana después de apreciar una mano al comienzo del segundo acto que el árbitro no consideró así. Pasaba el tiempo con la sensación de que el regreso a Primera iba a ser un día completo. Pero esto es la máxima categoría y aquí cualquier despiste cuesta carísimo, como bien sabemos en Zorrilla. Ejemplos sobran en las retinas de la afición, pero este lunes no se iba a empañar por nada.
Ni siquiera en un tramo final de partido en la que los catalanes fueron dominadores y arrinconaron al Pucela, que supo sufrir, supo achicar y supo recoger los frutos del gran trabajo desplegado en esta jornada 1 en LaLiga EA Sports. Un libre directo sobre la bocina, con esos seis minutos de tiempo añadido a punto de cumplirse, puso en tensión a todo Zorrilla cuando un exblanquivioleta, Álvaro Aguado, se disponía a chutar. La pelota impactó en la barrera, Hein lo blocó y los tres puntos se quedaron, para siempre, en el casillero del Real Valladolid.
FICHA TÉCNICA:
(1) Real Valladolid: Hein; Luis Pérez, Javi Sánchez (Jurić, min. 62), Boyomo, Lucas Rosa; Kike Pérez (Chuki, min. 82), Cömert (Torres, min. 82), Amallah (Iván Sánchez, min. 69); Amath (Meseguer, min. 69), Sylla, Moro.
(0) RCD Espanyol: Joan García; El Hilali, Gómez, Cabrera, Romero; Tejero (Jofre, min. 70), Pol Lozano (Cardona, min. 57), Gragera (Aguado, min. 78), Pere Milla (Král, min. 57); Véliz (Roca, min. 70), Puado.
Goles: 1-0, Moro, min. 23.
Árbitro: González Fuertes (C.T. asturiano) amonestó con cartulina amarilla a los visitantes Roca, Cardona; y para los locales Lucas Rosa e Iván Sánchez.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 1 en LaLiga EA Sports, temporada 2024-25, disputado en el Estadio José Zorrilla el lunes 19 de agosto de 2024 ante 22.027 espectadores.