El Pucela Basket, en caída libre: Monbus Obradoiro siembra más dudas en el conjunto de Lolo Encinas

Sin centímetros y sin gasolina en el depósito, el Real Valladolid llegó hasta donde llegó. El conjunto vallisoletano cedió ante el Monbus Obradoiro tras un buen partido en líneas generales, otra vez, pero marcado por la diferencia en el rebote y la falta de piernas y de acierto en los minutos críticos del partido. En un choque de idas y venidas, de alternativas, los vallisoletanos mejoraron defensivamente, aunque no pudieron cerrar el choque y los compostelanos aprovecharon su superioridad física y de energía para decidir con talento en la recta final. Y otra vez, tras un desenlace demasiado cruel para seguir con la mala racha de resultados.

Las cosas no comenzaron demasiado bien para los pucelanos. Monbus Obradoiro aprovechó la mala puesta en escena para ponerse con 9 de ventaja en apenas tres minutos (2-11), haciendo daño con Stevic al poste y aprovechando la falta de pívots local. Ahí iba a estar la clave del partido. Pero rápidamente cerró la herida y lo contuvo el RVB. Dos triples de Atencia y Hoover recortaron parte de la renta y abrieron un intercambio de golpes igualado entre ambos equipos con el 8-11. Con un ritmo alto y de muchos puntos, demasiados para los intereses del equipo castellano, el primer periodo transcurrió de manera vertiginosa e igualada. La entrada de Sergio de la Fuente sirvió para igualar la pelea en el rebote, sin centímetros pero con pelea y pundonor por bandera, los de Lolo Encinas comenzaron a cerrar su aro y a sentirse cada vez más cómodos. Y para muestra, un botón, parcial de 21-9, del 2-11 en apenas tres minutos al 23-20 que cerró el cuarto.

Y se mantuvo en la línea el cuadro del Pisuerga. Con una buena entrada y ambiente en el pabellón, ese listón defensivo continuó para frenar a un Monbus Obradoiro que de talento va sobrado. Kovacevic inició el cuarto con un triple y el Pucela Basket, coral, solidario y repartiendo la anotación, hizo un primer intento de distanciarse (33-24). Lo paró a tiempo el visitante Gonzalo Rodríguez con el primer tiempo muerto de la contienda y la reacción foránea fue inmediata. Los gallegos aprovecharon su superioridad en el rebote y una sequía de 4 minutos sin anotar para dar la réplica con un parcial de 0-5. Volvió a repetirse el mismo guion tras el ecuador del acto. Otro estirón local con la irrupción de Hoover y otro paso adelante defensivo para subir la máxima ventaja hasta los +8, y otra respuesta de los compostelanos para cerrar la primera parte a tiro (37-35).

Cambió la película tras el tiempo de asueto y los ataques volvieron a imperar, un contexto favorable a un Monbus Obradoiro con más talento y armas. Los de Gonzalo Rodríguez recuperaron la clarividencia ofensiva como al inicio de la contienda y voltearon el resultado (42-46). Pero el Real Valladolid Baloncesto volvió a resistir y demostrar que ese carácter lo tiene adquirido. Cuando parecía que los visitantes jugaban a su velocidad, los blanquivioletas subieron una marcha atrás y cerraron el rebote, aun siendo menos y mucho más pequeños que el rival, para tomar el mando de nuevo. Parcial de 9-0 para despedir el tercer cuarto y llegar al último por delante y buen ritmo (55-50). Hasta una diferencia de +7 se fue el Pucela, otra vez rozando un punto de inflexión que podía ser definitivo para dejar malparado a un Monbus Obradoiro que, de nuevo, volvió a encontrar aire en un momento delicado.

No fue capaz de abrir brecha de nuevo el RVB, entrando con el depósito en la reserva y sufriendo ante el avance de los minutos, y el cuadro de Santiago de Compostela se levantó con un parcial de 0-6 que obligó a Lolo Encinas a recomponer y buscar soluciones ante la adversidad. Los blanquivioletas regresaron con un triple de Kovacevic, pero tres faltas seguidas contra los locales, amén de otra técnica, dieron alas a los gallegos en forma de bonus. 60-56, un mundo por disputarse y tiros libres con cada falta hasta el final, en un visto y no visto. A remar contra todo. Pero al RVB simplemente no le dio y la lógica se impuso. Los vallisoletanos, encasquillados, no tuvieron la lucidez para ver el aro, mientras que los santiagueses se encomendaron a los rebotes de Stević y los puntos de un Sergi Quintela diferencial. Tras contener notablemente a las torres del Monbus Obradoiro durante casi 35 minutos, la falta de piernas y energía permitió a los foráneos vivir de las segundas y terceras opciones para sentenciar.

Dos triples consecutivos de los gallegos encarrilaron el choque (62-69) ante un Pucela que no se rindió y trató de levantarse con seis tantos seguidos de Hoover, que no fueron suficientes. Los de Gonzalo Rodríguez no perdonaron desde la línea de personal y sellaron la quinta derrota consecutiva, otra vez de manera cruel y en un final quizá injusto, para los de Lolo Encinas, con el marcador de 72-76. Tras la maratón de partidos en los últimos días, el Real Valladolid Baloncesto buscará el triunfo de nuevo en la cancha del Grupo Alega Torrelavega el próximo sábado 2 de noviembre a las 19.00 horas.