El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el director de la Escuela de negocios CEU Castilla y León, Manuel Perucho, han entregado hoy los diplomas acreditativos a 27 mujeres de la provincia participantes en el Programa de Desarrollo Directivo para Mujeres en Entorno Rural. En la entrega han participado las mujeres participantes en las dos últimas ediciones del Programa, toda vez que la pandemia lo impidió el pasado año. El presidente de la Diputación de Valladolid ha destacado «el compromiso irrenunciable de la Diputación de Valladolid de seguir avanzando en la lucha por la igualdad de oportunidades y en la eliminación de la violencia de género que es, sin duda, la mayor de las desigualdades».
Asimismo, Conrado Íscar ha mostrado el compromiso de la Diputación para seguir manteniendo este programa «ha señalado dirigido a empresarias, emprendedoras y profesionales con implantación de actividad en entornos rurales y con inquietud por incorporar la mejora de sus competencias en su crecimiento profesional y personal. Y todo ello con el objetivo de ayudar a incrementar la presencia activa de las mujeres en los espacios de toma de decisiones en el ámbito económico y social».
El Programa, de seis meses de duración y en el que han participado 12 mujeres en 2020 y 15 en 2021, está dirigido a empresarias, emprendedoras y profesionales con implantación de actividad en entornos rurales y con inquietud por incorporar la mejora de sus competencias en su crecimiento profesional y personal. En concreto, mujeres rurales que quieren impulsar sus carreras o trazar un plan de promoción; empresarias que quieren mejorar las oportunidades de su negocio; emprendedoras que consideran factible optimizar su rendimiento; y profesionales del ámbito rural que desean mejorar sus competencias y habilidades y facilitar el desarrollo de las competencias y habilidades en las personas de su equipo.
Durante el programa se desarrollan herramientas para hacer frente a riesgos y barreras como el acceso a la financiación y a las TIC, la disponibilidad de tiempo, la falta de corresponsabilidad en las labores domésticas y en el cuidado de personas dependientes, la falta de entidades que representen a las mujeres; las carencias en formación y/o en habilidades comunicativas, la participación de mujeres rurales en la toma de decisiones y la conciliación de la vida familiar, laboral y personal.