El esfuerzo físico de entre semana pasa factura al Atlético Valladolid en el derbi regional ante Aranda

El Balonmano Atlético Valladolid no pudo poner la guinda a una semana de ensueño después de ganar al Barça en Huerta del Rey. El conjunto de David Pisonero cayó derrotado por un único gol en el derbi de Castilla y León ante Aranda, con el que los burgaleses se sacan la espina de su abultada derrota de la primera vuelta en el feudo vallisoletano. Los gladiadores azules pagaron el titánico esfuerzo de su partido entre semana ante el conjunto azulgrana, que precisamente se proclamaba campeón este fin de semana de la Liga Plenitude, y de su intenso calendario de este mes de abril.

A pesar de las ausencias importantes, Alejandro Pisonero no pudo reaparecer, el equipo pucelano dio la cara en una complicada pista hasta el final, luchando sus opciones de triunfo ante un rival que quiso aprovechar la oportunidad ya que un triunfo le aseguraba prácticamente la permanencia y le afianza en la zona media de la Liga Plenitude. Como fue en la primera vuelta, ambientazo en la grada e igualado inicio en el que se sucedieron los empates. El capitán vallisoletano César Pérez muy preciso en portería, impedía que los arandinos estuvieran por delante. De hecho los pucelanos se pusieron dos tantos por delante con el 4-6 al minuto 8, con el centro de la defensa del Balonmano Atlético Valladolid con el egipcio Gedo y el portugués Ribeiro que no mostraba fisuras. Sin embargo, minutos de intensa defensa arandina provocaron un parcial de 3-0 que les puso por delante, roto por un tanto de Karapalevski.

Pisonero había introducido rotaciones como las de Toledo para trabajar en ambos lados de la pista y la de Pedro Martínez en defensa. Los cambios resultaron y el Atlético Valladolid volvió a retomar la delantera marchándose, 9-13 tras el 7 metros del infalible D’Antino. Pero a pesar de la inspiración de César Pérez bajo palos, con nueve paradas en la primera mitad, los burgaleses lograron reducir la ventaja visitante la descanso con el 12-14 en el marcador. Tras el paso por vestuarios, el Aranda incrementó su eficacia ofensiva yéndose a los 19 goles en esta segunda mitad. De hecho, a los 3 minutos logró empatar a 15-15. Su respuesta defensiva fue positiva y el portero Pau Guitart desbarataba las opciones vallisoletanas. Aún así el partido iba muy parejo, la efectividad de Karapalevski y D’Antino y de Alberto González Pinillos desde el centro para el cuadro burgalés, mantenían el encuentro ajustado. Juan Bar tomó el relevo de César y el Balonmano Atlético Valladolid trató de tomar la iniciativa.

Pero el Aranda de la mano de su primera línea con su máximo anotador Dalmau Huix y el colombiano Mosquera como referentes ofensivos, logró una diferencia preocupante, obligando al tiempo muerto del técnico vallisoletano David Pisonero con el 27-24 al minuto 23. En la parte final con César nuevamente en el marco, el equipo pucelano intentó aferrarse a sus opciones, recurriendo de nuevo a una defensa abierta con Camino presionando al balón. El Balonmano Atlético Valladolid entró en desventaja de menos dos al desenlace pero a pesar de todo tuvo incluso balón con pocos segundos para forzar la igualada. Al final la necesidad de Aranda pudo más, su fantástica afición tiró del carro y el derbi y los dos importantes puntos se quedaron en tierras burgalesas.