El Balonmano Atlético Valladolid ya gana hasta al Barça en Huerta del Rey. El vigente campeón de Liga Plenitude no pudo confirmar matemáticamente su título en la capital vallisoletana, y por contra el conjunto dirigido por David Pisonero prolonga una semana más su meritoria racha como invicto en su fortín. En un año y dos meses, ni el actual campeón de Europa ha sido capaz de poder ganar en Huerta del Rey. El Atlético Valladolid planteó un partido perfecto, a pocos goles, con intensidad defensiva utilizando el tiempo de posesión, y le salió bien.
Fantástica defensa y brillante portería con un César Pérez impresionante. La sensación de que esta plantilla no tiene techo y de haber desactivado a un martillo pilón como el Barça. La grada se unió al espectáculo, apoyó al equipo y creó una atmósfera increíble para los suyos. El Balonmano Atlético Valladolid trató de jugar a su estilo, ritmo alto, no desdeñar la velocidad y siendo sólidos en defensa y portería. Pero midiendo cada movimiento y cada posesión, tratando de evitar las pérdidas y no recibir goles fáciles, estirando las rotaciones. En la portería un inspiradísimo César Pérez fue imbatible. Al final mereció la pena el desgaste, ni las bajas de Edu Calle, Manu García y Alejandro Pisonero se notaron. El Balonmano Atlético Valladolid se puso el traje de faena y dejó en nada menos que 10 goles al Barça en la primera mitad. Un acertado Karapalevski y Pablo Herrero se turnaron en la dirección y en el ecuador de la primera mitad el Atlético Valladolid ya iba por delante con el 7-5 en el marcador.
El conjunto pucelano extendió su delantera, jugaba a alto nivel y se permitía goles de forma preciosista como uno culminado por Toledo. El brasileño muy acertado, con 6 goles en la primera mitad, ayudó a que los gladiadores azules elevaran su renta a cinco, obligando al tiempo muerto de Carlos Ortega ya dentro del último minuto, renta que se mantuvo al descanso. Siete minutos sin anotar del Balonmano Atlético Valladolid en el inicio de la segunda mitad dio al Barça la opción de reducir ventajas. Pero los pucelanos estaban muy sólidos, aguantaron el chaparrón y seguían ganando de 5 al paso por el minuto 40. Nuevo tiempo de Carlos Ortega para tratar de reconducir una deriva que ya pintaba mal para los suyos. El Barça trató de aprovechar las exclusiones locales con defensa abierta. Los locales aguantaron en todo momento. Presionó a los pucelanos, pero estos encontraban las mejores situaciones para anotar con eficacia. Gerard paraba, pero César también.
Los minutos se acababan y el Barça no podía remontar. El entrenador culé puso defensa abierta de nuevo y presionante al balón. Pero era el día de los pucelanos y la suerte estaba de su lado. El equipo de Huerta del Rey lo bordó y su sacrificio tornó en épica ante el imbatible Barça para sorpresa de todos y regocijo de su hinchada que disfrutó al máximo de un encuentro que culminó con victoria final por 26-24.