El asesino de África asume veinte años y un día de prisión por la muerte a cuchilladas de su esposa en Valladolid: «Sí, me ratifico»

La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Valladolid ha acogido este viernes el juicio por el asesinato de África en Valladolid el pasado junio de 2021 a manos de su marido José Javier de C.F. El acusado se ha sentado para expresar públicamente su decisión de asumir la condena de veinte años y un día de prisión por el asesinato a cuchilladas de su esposa, África C.B de 55 años, en el domicilio familiar en Valladolid y que ponía fin de forma trágica al proceso de separación iniciado entre ambos.

El letrado Luis Antonio Calvo, de la Asociación Clara Campoamor, colectivo personado en la causa como acusación popular, ha considera que «se hace Justicia, ha sido un crimen atroz y el acusado se ha conformado con una pena acorde a estos hechos, al tiempo que se consigue evitar que sus hijas vuelvan a revivir el dolor que sintieron aquel día en el que presenciaron la muerte de su madre». Ninguna de las dos hijas del encausado ha acudido a la vista y tan solo un hermano de la víctima ha estado en la Audiencia de Valladolid, para presenciar el acto y acuerdo de condena.

El asesino confeso de África cumplirá una pena de 20 años y un día de prisión por matar a su mujer, que recibió 37 cuchilladas, en presencia de su hija en la vivienda común sita en la calle Montreal de la urbanización de Santa Ana de Valladolid. Después de que la Letrada de Justicia hiciera un relato de los hechos que se consideran probados, el presidente del tribunal de jurado que no ha llegado a constituirse ha leído el contenido de la sentencia asumida por el encausado y que le mantendrá en prisión por espacio de 20 años y un día por delito de asesinato, aunque le pedían inicialmente 25, con las agravantes de alevosía y ensañamiento.

El acuerdo incluye también la retirada de la patria potestad respecto de una de las hijas, la menor, algo que es testimonial ya que ésta cumple 18 años en unos meses, y la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 500 metros respecto de ambas, su domicilio y su lugar de estudios o de trabajo durante veinticinco años y un día y de comunicarse con ellas por cualquier medio o procedimiento durante el mismo tiempo, así como libertad vigilada una vez el reo recupere la libertad.

En cuanto a la responsabilidad civil, los cinco hermanos de la fallecida y el padre de ella habrían renunciado a cualquier indemnización, de forma que el acusado indemnizará con todos sus bienes a sus dos hijas. Así, solicitaba provisionalmente por el delito consumado de lesiones una pena de prisión de cinco años, y subsidiariamente, por homicidio en grado de tentativa una pena de prisión de siete años y medio, y en materia de responsabilidad civil, indemnizaciones a cada una de sus hijas de 42.500 euros.

Los hechos se produjeron el 21 de junio del pasado año en una vivienda unifamiliar, donde el acusado, inspector de Hacienda, acuchilló a su esposa África, con la que tenía dos hijas de 18 y 16 años. En ese momento, se encontraban en trámites de separación y no había habido denuncias previas por malos tratos. Desde el año anterior, la pareja solo tenía discusiones y prácticamente solo convivían sin compartir situaciones cotidianas como comer o hablar. Desgraciadamente, el 21 de junio de 2021 sobre las 16.30 horas, el encausado y la mujer comenzaron una de esas discusiones en el salón, ubicado en la planta baja de la vivienda, en cuyo transcurso, él se dirigió a la cocina de donde cogió dos cuchillos, uno de 215 milímetros de hoja monocortante y otro de 285 milímetros de hoja monocortante, y regresó al salón.

En ese momento, de forma inesperada, tiró a África al suelo y empleando ambos cuchillos le asestó numerosas puñaladas por todo el cuerpo con ánimo de acabar con su vida, sin que ella tuviera oportunidad alguna de defenderse. Las hijas del matrimonio, que se encontraban en la planta superior de la vivienda, al oír los gritos de su madre pidiendo ayuda, bajaron al salón y vieron al acusado con los cuchillos en las manos, sobre su madre, que estaba tendida en el suelo.

Una de las hijas, conmocionada por la escena, procedió a salir corriendo de la casa, mientras que la otra comenzó a golpear a su padre en la espalda para tratar de quitarle de encima de su madre, sin conseguirlo. En ese momento, la víctima pidió a su hija que llamara a la policía, por lo que ella subió a la segunda planta de la casa para coger el teléfono móvil. Cuando la hija bajaba por la escalera con el teléfono, se cruzó con el acusado, que subía con los cuchillos en la mano, y le contó que ya se había acabado todo. Instantes después, tras lo sucedido, el acusado se encerró en el baño de la habitación de matrimonio donde se introdujo en la bañera, que llenó de agua, procediendo a autoinfligirse heridas superficiales en ambas muñecas.

Poco después, llegaron al lugar lo servicios de emergencia avisados por la hija y tras lograr reanimar a la víctima la trasladaron al hospital, donde fueron inútiles los intentos para salvar la vida de la víctima de 55 años, que finalmente falleció a las 20 horas de ese día. Dicho fallecimiento se produjo a consecuencia del shock hemorrágico ocasionado por las múltiples heridas penetrantes de arma blanca.