Un grupo de más de 50 jubilados de Valladolid no podía imaginarse que unas vacaciones idílicas en Benidorm iban a terminar con un amargo final. En el momento en el que se disponían a coger las maletas para marcharse de la ciudad alicantina rumbo a sus casas en Valladolid recibieron una llamada que les truncó su viaje de vuelta. Uno de los jubilados afectados recibió un aviso de la compañía de trenes Ouigo, con la que habían contrato los viajes, en el que les informaba que no podían viajar ese día a Valladolid, ni previsiblemente en días posteriores por el caos ferroviario que se formó en España debido al descarrilamiento de un tren en Atocha.
Ante esta situación traumática, un grupo de 55 jubilados con edades entre 80 y 85 años, se vieron en Benidorm sin alojamiento y sin transporte para volver a casa. En ese momento, con mucho nerviosismo e incertidumbre, comenzaron a llamar a empresas de autobuses para intentar contratar algún transporte colectivo que les llevase de vuelta hasta Valladolid. Pero este plan fue imposible. Era domingo y además más de las 10.00 horas de la mañana. Así comenzó la pesadilla de estos jubilados vallisoletanos tras sus vacaciones. Los damnificados estuvieron durante más de siete horas intentando negociar tanto con la compañía ferroviaria Ouigo, que solo se limitaba a señalar el mensaje del Gobierno de España, como con empresas y conocidos para intentar tener un regreso tranquilo y rápido tras el caos que se había formado.
Durante la mañana de este domingo 20 de octubre, los jubilados vallisoletanos exigieron a la empresa ferroviaria Ouigo una solución, sin que esta les dieran ninguna posibilidad, más que esperar a que se restableciera la normalidad en el tráfico ferroviario, quizá la próxima semana. Los afectados pidieron ayuda también a la agencia de viajes con la que habían contrato el viaje a Benidorm, Azul Marino, y a través de la comercial se realizaron numerosas llamadas para buscar una alternativa para salir de Alicante y poder volver a Valladolid a la mayor brevedad posible. Pero finalmente, los jubilados se vieron sin opciones para regresar a casa y se vieron obligados a coger un taxi para así llegar cuanto antes hasta la ciudad vallisoletana, previsiblemente, la opción más costosa económicamente.
Los afectados contactaron con 14 taxis de Benidorm, y los profesionales les dieron un precio cerrado. Un total de 1.000 euros por taxi y más de siete horas de viaje. Es decir, les salió el viaje de vuelta a ni más ni menos que 14.000 euros más peajes. Finalmente, los afectados llegaron a Valladolid y tras recoger toda la documentación, facturas y tickets de peaje presentarán la correspondiente reclamación por lo sucedido con su viaje de vuelta desde la ciudad alicantina. Pero afortunadamente, pudieron regresar a sus hogares y en todo momento se vieron arropados por la agencia de viajes y el hotel donde se habían alojado. Una pesadilla que jamás se habrían imaginado cuando prepararon ilusionados su viaje en grupo a Benidorm para inaugurar el otoño.