Un jueves de verano, durante las horas del mediodía, pueden pasar muchas cosas, pero la situación que les ocurrió a los agentes de la Policía Municipal este jueves 17 de julio fue bastante atípica. Alrededor de las 13.15 horas, una llamada alertaba a los agentes policiales de molestias por ruidos procedentes de una vivienda de la zona de la Plaza de Toros de Valladolid. No era música, no eran ladridos de perros, ni tampoco un taladro, sino que parecían unos balidos de oveja. Poco después, tras el aviso una patrulla policial se personó en el domicilio indicado por el alertante y los efectivos fueron recibidos por una mujer que tras indicarle que sus vecinos se habían quejado por el sonido de un animal, ella reconocía que efectivamente tenía una cría de oveja en el salón de su casa.
La mujer explicó a los agentes policiales que recientemente la madre del cordero había muerto y que debía de darle de mamar al animal cada poco, y precisamente como era pequeña se pensaba que la podía tener en casa como mascota. Evidentemente, la Policía Municipal de Valladolid le indicó que no estaba permitido por normativa, y por ello, los agentes procedieron a levantar un acta, ya que no se puede tener este tipo de animales que corresponden a animales de cría para carácter alimenticio en una vivienda. Además, la mujer también fue denunciada por ruidos. Los efectivos detallaron a la mujer que este tipo de animales tienen que tener un registro y realizar controles sanitarios tanto a los animales como en los lugares que habiten, por lo que un domicilio particular no es el hogar más idóneo para una cría de oveja. La Policía Municipal de Valladolid publicaba en sus redes sociales esta curiosa intervención asegurando que «no hubo detenciones, solo alguna mirada tierna. Hablando en serio, cuidemos a los animales y el descanso de los demás».