Desarticulan una banda dedicada al robo de joyas y dispositivos electrónicos en pisos de Valladolid y otras ciudades españolas

Agentes de la Policía Nacional y de la Ertzaintza han detenido a tres personas por los robos con fuerza en multitud de domicilios y receptación, entre ellos algunos ocurridos en Valladolid y otros puntos de Castilla y León. Los detenidos habían cometido delitos en una gran cantidad de localidades españolas, llegando a robar en más de 70 inmuebles. El gran esfuerzo realizado por los agentes de ambos cuerpos para esclarecer los hechos y el uso de métodos y técnicas punteras, han conseguido desenmascarar todos estos robos, consiguiendo la detención de los autores, y recuperando gran parte de los objetos robados. Los autores se movían por diferentes ciudades de España, y estaban en conexión con un tercero encargado de almacenar los objetos sustraídos.

Los efectivos policiales lograron recuperar gran cantidad de joyas, teléfonos móviles, dispositivos electrónicos y herramientas especiales que fueron usadas para la apertura de los inmuebles. En una de las viviendas también se encontró la cantidad de 16.950 euros en metálico. Se esclarecieron robos en Valladolid, Burgos, León, Alicante, Elche, Vitoria, Durango, Pamplona, Toledo, Cáceres, Camargo o Mollet del Vallés. La investigación comenzó por parte de ambos cuerpos de forma independiente, si bien tras detectarse que ciertos robos que se cometían en sus demarcaciones, compartían un modus operandi similar y se sustraían artículos con idénticas características, se dio paso a una operación conjunta coordinada a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado. Tras las indagaciones pertinentes, los investigadores pudieron comprobar la confluencia de dos de los detenidos en los lugares de los robos, en día y hora.

Los mismos fueron detectados en las inmediaciones donde se cometían estos delitos, tanto por los medios que había desplegado la Ertzaintza como por los desplegados por la Policía Nacional. Ambos cuerpos establecieron un cerco sobre estos dos sospechosos, llegando a conseguir su plena identificación. Se trataba de dos ciudadanos extranjeros que se movían por diferentes ciudades de España, que vivían en Málaga, y que estaban en conexión con una tercera persona que era la encargada de almacenar los objetos sustraídos y buscarles una salida en el mercado ilícito. Esta última, una mujer, era la pareja sentimental de uno de los principales sospechosos. Cuando los agentes tuvieron todos los datos necesarios para cerrar la investigación sobre estas tres personas, establecieron un dispositivo que se saldó con las detenciones de uno de los dos hombres y de la mujer.

Las detenciones se practicaron en los domicilios de ambos, en la localidad malagueña de Fuengirola. En esta fase del dispositivo se supo que el tercer involucrado se encontraba en la prisión de Picassent, por lo que quedó en calidad de investigado. El mismo se encontraba cumpliendo condena ya que era tan extensa su carrera delictiva, que había acumulado una buena cantidad de hechos similares a la investigación en curso. Se realizaron registros domiciliarios pudiendo encontrar multitud de artículos sustraídos en los robos. Los detenidos hacían uso de vehículos de alquiler para desplazarse a los lugares donde robaban. En ocasiones, fueron detectados a más velocidad de la permitida por radares siendo sancionados por ello. Utilizaban otros nombres para imprimir dificultad a la hora de ser investigados y así evitar la acción de la justicia. Pertenecían a una organización con una estructura bien diseñada que contaba con jerarquía, en donde su cabecilla estaba especializado en la apertura de todo tipo de puertas de acceso a las viviendas.

Este utilizaba taladradoras potentes con brocas especiales que conseguían perforar los materiales de los bombines que poseen las cerraduras más actuales y punteras. Otro de los autores era el encargado de controlar la presencia de personas para que se pudieran cometer los robos sin ser detectados. No tenía solo esa función ya que también se dedicaba a trasladar al cabecilla para que cometiera los ilícitos a la vez que transportaba todos los objetos del botín. La tercera detenida era la encargada de buscar la salida a los artículos robados. Almacenaba los objetos en un piso a la espera de poder ser introducidos en el mercado ilícito. Los dejaba ‘enfriar’ durante un tiempo, con la intención de perjudicar cualquier investigación, aprovechando ese tiempo para encontrar un buen comprador que pagara una cuantía lo suficientemente grande. Con la detención de estos tres delincuentes se ha conseguido desarticular un grupo criminal muy activo en robos con fuerza en domicilios.

Se han esclarecido un total de 70 robos con fuerza cometidos en viviendas, de los cuales, 33 han sido gracias al descubrimiento de ADN en el lugar de los hechos. Los detenidos, dos varones de 46 y 28 años, respectivamente, junto con la mujer, de 28 años, contaban con diferentes antecedentes por hechos similares. Todos ellos fueron puestos a disposición de Juzgado de Instrucción de Guardia de Fuengirola, quien decretó el ingreso en prisión del hombre y la puesta en libertad con cargos de la mujer; además de la continuidad en prisión del tercero. La investigación continúa abierta ya que se prevé esclarecer más asuntos cometidos por este grupo de delincuentes.