De servir al pueblo de Cabezón desde el Ayuntamiento durante toda su vida a pregonar las Fiestas de San Roque

Se acerca San Roque, la fecha del patrón de numerosos pueblos de España y que tendrá diferentes festividades durante el 16 de agosto por todo el país, pero ninguna como las de Cabezón. Precisamente, el pistoletazo de salida de una de las fiestas más populares de la provincia de Valladolid, como son las de Cabezón de Pisuerga, este año correrá a cargo de dos personas muy importantes y queridas en la vida diaria del municipio. Tan diaria tanto para los vecinos de la localidad como para los propios protagonistas ya que los pregoneros de las Fiestas de la Virgen de la Asunción y San Roque de Cabezón llevan 51 y 44 años trabajando por y para el Ayuntamiento de la localidad. Los festejos patronales arrancarán en la tarde de este jueves 14 de agosto con un homenaje al propio patrón pero también con un reconocimiento a dos funcionarios que con su trabajo diario han contribuido en el bienestar de la villa cabezonera.

Ambos son cabezoneros de pura cepa y actuales residentes de la localidad. Los pregoneros de San Roque 2025 deben su vida al Ayuntamiento de Cabezón y el Consistorio les debe parte de su vida a ellos. Azucena Maté y Antonio Reguero, dos personas que a priori son anónimos pero hay que reconocer que cuentan con cierto renombre en Cabezón de Pisuerga, y es por ello que el alcalde del municipio, Sergio García, les ha querido brindar un gesto muy importante para condecorar sus vidas dedicadas al servicio público en el medio rural. Ambos pregoneros, funcionarios públicos ya jubilados desde este mismo año, tendrán una cita muy relevante en el pregón de las Fiestas de Cabezón de Pisuerga que tendrá lugar en la noche del 14 de agosto, en la víspera del festivo de Nuestra Señora de la Asunción en una Plaza de la Concordia que como poco estará a rebosar para escuchar su mensaje. Tanto Azucena como Antonio, compañeros desde años y vecinos de toda la vida, se unen para lanzar un pregón lleno de cariño a su pueblo. Ellos mismos reconocen en una entrevista concedida a este periódico que para ellos ser los pregoneros es «un verdadero honor» y lo asumen con «agradecimiento y responsabilidad».

«Después de tantos años trabajando y viviendo en Cabezón, que se haya pensado en mí para dar el pregón de las Fiestas es sin duda un motivo de gran emoción«, reconocía Azucena. Por conocer un poco más a la pregonera, Maté nació en Cabezón, creció en la localidad y ha vivido siempre en ella, al igual que toda su familia. Azucena comenzó a trabajar en el Ayuntamiento de Cabezón de Pisuerga en 1973, «tenía por entonces 16 años recién cumplidos«, recuerda la pregonera emocionada. Tras 51 años de servicio, finalmente llegó el momento de su jubilación en febrero de este año. Durante todo este tiempo ha desempeñado funciones como administrativa en el Ayuntamiento, gestionando expedientes y documentación relacionada con obras, licencias de actividad y diversas actuaciones municipales. «A lo largo de tantos años, casi podría decirse que he llegado a hacer de todo«, nos explica Azucena. En el caso de Antonio Reguero, el otro pregonero de las Fiestas de 2025, nos cuenta que ha trabajado en el Ayuntamiento de Cabezón desde 1981 hasta su jubilación en enero de este año, es decir, 44 años de servicio público. Primero fue alguacil, y desde 2010 secretario del Registro Civil.

Plaza de la Concordia de Cabezón durante las Fiestas | Valladolid Plural

Antonio espera con ilusión el momento del pregón, aunque cuando conoció la noticia de que era elegido para pregonar los festejos de su pueblo la recibió con «sorpresa». «Pienso que hay personas más relevantes en el pueblo, que perfectamente lo podrían haber dado», ha expresado Reguero, pero no Antonio, desde Cabezónquieren verte a ti junto a Azucena dando la bienvenida a los grandes festejos porque tú también eres una persona «relevante» en la localidad. Ese mismo sentimiento tuvo Azucena, ya que según nos explica, «fue el alcalde quien me lo comunicó de manera discreta, tras una función de teatro en el Monasterio de Palazuelos». «Al principio, debo reconocer que no estaba del todo segura y sentí cierta inquietud ante la idea de dirigirme públicamente a todos los vecinos. Sin embargo, con el paso de los días, fui asumiendo la responsabilidad con ilusión y gratitud», ha contado la pregonera. Precisamente, durante este puente de agosto, casi media España está de fiesta, pero ¿Qué tienen de especial las de Cabezón de Pisuerga? Nuestros protagonistas lo tienen claro, «son fiestas típicas, como en tantos pueblos castellanos, sin toros, pero con gran variedad de actividades y mucha participación de los vecinos, donde impera la buena convivencia«, ha señalado Antonio; mientras que Azucena destaca sobre todo «la participación activa de los vecinos y las peñas, que año tras año mantienen vivo el espíritu festivo del pueblo».

«Más allá de los actos programados, lo que realmente da sentido a las Fiestas es ese sentimiento compartido de pertenencia y alegría colectiva que se respira en cada rincón de Cabezón», reconoce la pregonera. En el pregón, tanto Azucena como Antonio quieren transmitir un mensaje de «agradecimiento al pueblo y a la vez cargado de nostalgia». «El mensaje es que Cabezón siga manteniendo la esencia como pueblo, y nos sintamos orgullosos de ser de pueblo», han indicado. Además, de las Fiestas patronales, Cabezón de Pisuerga es un pueblo muy peculiar y atractivo. La localidad se sitúa en un enclave privilegiado dentro de la provincia, muy próximo a la capital, pero rodeado de naturaleza. Es posible disfrutar de paseos por la montaña, la ribera del río o el canal, lo que aporta una calidad de vida excepcional. Además, aunque la población ha crecido notablemente en las últimas décadas, los pregoneros nos cuentan que «se sigue percibiendo un fuerte sentido de comunidad. Aquí se sigue haciendo pueblo, y no se ha convertido en una mera ciudad dormitorio». Así, Cabezón cuenta las horas para disfrutar de su tradición, la música, los juegos y las verbenas junto a sus vecinos, amigos y familiares, unidos eso sí por el sentimiento hacia San Roque.