Castronuño guarda un paraíso natural a orillas del Duero en un destino único

La provincia de Valladolid es rica en cultura, patrimonio, gastronomía y también por su naturaleza. El municipio de Castronuño es uno de esos lugares en los que dejarse llevar por su entorno verde y toda su flora. La Reserva Natural Riberas de Castronuño – Vega del Duero es uno de esos espacios en los que puedes escuchar y respirar el aire puro de la madre tierra, a la vez que relajas la mente de la urbe y del estrés diario empapándote del paisaje hermoso y colorido que vemos a nuestro alrededor.

El cielo azul se mezcla entre multitud de colores y aromas puros. El verde de la vegetación confluye con la tierra de cada ruta y senda, con los brillos llamativos de las flores y el sonido de los pájaros que revolotean entre las ramas y arbustos. Álamos, chopos o sauces son algunas de las especies de árboles que podemos encontrar a cada paso que damos por estas riberas frescas que como si en el mismo paraíso estuviéramos.

La Senda de los Almendros, la Senda del Ferrocarril o la Senda del Duero son algunas de las rutas que los senderistas y buenos amantes de la naturaleza tienen marcada a rojo cuando llega el buen tiempo, como sucede ahora. Con la llegada de la primavera y del verano, cientos de turistas procedentes de Valladolid y otras provincias llegan a Castronuño buscando esa paz que tanto se anhela en el invierno. La oferta que presenta el municipio vallisoletano es muy amplia contando con un total de 13 recorridos, cada uno de ellos con su toque especial y singular.

Las riberas de Castronuño se enmarcan en un espacio natural situado en el centro-oeste de la provincia de Valladolid y dicho territorio engloba el tramo del río Duero comprendido entre las localidades de Tordesillas y Castronuño. En Castronuño se encuentra el embalse de San José y sus riberas que constituyen un emblemático sistema que destaca por su nidificación y como zona invernal de una gran variedad de aves acuáticas.

Este espacio aguarda una gran riqueza de fauna con casi 190 especies de aves, 24 de mamíferos, 10 de reptiles, 5 de anfibios y 9 de peces, y cabe destacar que 41 de estas especies están en la categoría de amenazadas por peligro de extinción. Este parque es el único de la provincia vallisoletana dentro de la red de espacios naturales protegidos de Castilla y León y fue declarado como Reserva Natural en el año 2002, con la apertura cuatro años más tarde de la Casa de la Reserva, situada en el parque de la Muela como centro de interpretación.

Castronuño esconde en su Reserva Natural un total de 13 rutas en la que encontrar todo tipo de diversidad vegetal y animal. Os dejamos una selección de las rutas que más enamoran de este paraje singular.

Senda de los Almendros

La más conocida es la Senda de los Almendros, que cuenta con un espectacular recorrido circular de 3,4 kilómetros y se trata de un pequeño paseo a orillas del Duero que permite conocer muchos de los paisajes y ecosistemas presentes en este espacio natural. La senda comienza en el mirador de ‘La Muela’, desde donde se observa la orilla contraria, con el carrizal, la presa de San José y las manchas de encinar al fondo. Rápidamente descendemos por el camino del Teso entre bodegas hacia la antigua ‘Senda de los pescadores’, camino tradicional por donde los pescadores subían al pueblo desde el pequeño puerto donde atracaban las barcas.

Lo primero que se encuentra en la bajada hasta el nivel del río es una agradable vaguada, donde el camino se ensancha entre enormes sauces, olmos y chopos. Luego sigue entre la vegetación de ribera a la orilla del Duero, hasta que llegamos al antiguo puerto, en el encuentro del río con un pequeño regato llamado ‘Arroyo del Puente’. Lo cruzamos por una sinuosa pasarela, y nos podemos detener un tiempo en el observatorio dispuesto sobre las aguas del río para contemplar discretamente las aves que viven en el embalse. Después de caminar un tramo entre el río y la carretera, se cruza con desvío de la orilla del Duero para seguir hacia el interior.

Primero se pasea junto al arroyo Mucientes y se continúa sin cruzar el arroyo, donde dejamos la sombra y el frescor de sus orillas para subir por las laderas de secano, en las que el ambiente, el paisaje y la vegetación cambian de forma radical. Ahora son tomillos, pinos, encinas y almendros los que nos acompañan. Una vez en lo alto del cerro la panorámica se abre entre la presa de San José, el Valle del arroyo Mucientes y las tierras de cultivo al oeste. La ruta se desvía un pequeño tramo para atravesar un pinar y asomarse al morro del embalse contemplando entonces una espectacular panorámica del meandro del río Duero y sus alrededores. Se sale del pinar por el mismo camino y volvemos a la senda, que nos lleva ahora junto a impresionantes almendros centenarios y finalmente entre campos de cultivo, hasta que volvemos a encontrarnos sobre el ‘Arroyo del Puente’, desde donde volviendo por el mismo camino del inicio llegamos de nuevo hasta el pueblo de Castronuño.

Senda de los Negrillos

Otra de las rutas que ofrece Castronuño es la Senda de los Negrillos, mucho más sencilla y corta que la anterior, de 400 metros y con un recorrido lineal. Recientemente se recuperó esta senda peatonal que une el Teso del Sombrero con la calle Miralrío. Un nuevo espacio junto al casco urbano para disfrutar de la Reserva Natural y sus rincones. Desde el alto de La Muela, se desciende la escalera hasta el Teso del Sombrero, convertido en mirador desde el que podemos observar toda la panorámica que dibuja el paisaje. Saliendo del mirador, tomamos el camino de la izquierda para comenzar a caminar por la Senda de Los Negrillos. La ladera del cerro está repleta de vegetación de ribera, con los negrillos como protagonistas de esta senda a la que dan nombre. Este olmedal tiene un importante valor natural puesto que es uno de los pocos que sobrevive a la grafiosis.

En la mitad del recorrido, se ve como la Senda a la Fuente de la Salud atraviesa nuestro camino descendiendo desde La Muela, a nuestra derecha, y perdiéndose por nuestra izquierda en la frondosidad del bosque. Se continúa recto en una zona repleta de bodegas excavadas en la ladera, cuyas bocas asoman al Duero y en las que se sigue elaborando el vino de manera tradicional. Es el barrio de bodegas de la calle Miralrío. En Castronuño aún se cultiva la variedad de uva Albillo Real, autóctona de la zona. Y termina este corto trayecto en la calle Miralrío, en una plazuela en la que se encuentra la Casa Rural Alto de La Reserva.

Senda de los Pescadores

La Senda de los Pescadores es una ruta alternativa del paraje que engloba un total de 8,76 kilómetros con trayectos en circular y lineal. Comienza con un descenso de la escalinata de madera que nace en el mirador de La Muela, hasta llegar a la zona más baja en la que se encuentra la cueva verde, un lugar en el que la vegetación es tan abundante que logra simular una especie de cueva de vegetación en la que existen diferentes especies de plantas como la nueza, saúcos, zarzamoras, chopos o higueras. Sigue un tramo paralelo a la orilla del río hasta llegar al antiguo puerto, donde el Arroyo del Puente desemboca en el Duero. Aquí cruzaremos sobre el arroyo por una pasarela de madera. En esta zona hay un puesto de observación de aves y una plataforma sobre el río que nos permite otear la orilla opuesta, en la que se encuentra el corazón de la reserva natural.

Se deja atrás esta zona para continuar paralelos al margen izquierdo del río, entre éste y la carretera CL-602 hasta el Arroyo de Mucientes. Tanto la Senda de Los Almendros, como la Senda de Los Pescadores coinciden hasta llegar este punto. Sin embargo, aquí la Senda de Los Almendros toma un desvío a la izquierda. Para seguir por la Senda de los Pescadores, simplemente debemos continuar como lo íbamos haciendo, paralelos al río, entre éste y la carretera CL-602, hasta llegar a la Presa de San José, sin desviarnos. Se cruza el puente sobre el embalse hasta alcanzar la finca de La Rinconada, donde se abren dos caminos. Tomamos el camino de la derecha durante 3 kilómetros hasta llegar al Escenario Deportivo y Social de Pesca, donde hay un área recreativa con mesas y bancos donde poder descansar. Este lugar albergó el 8, 9 y 10 de julio de 1988 el VIII Campeonato Mundial de Pesca por Clubes. Aquí encontraremos 60 puestos de pesca sobre la margen derecha del río.

Saliendo por detrás del Refugio de Pescadores, se encuentra la Senda del Duero GR-14, en paralelo a las vías del ferrocarril. Si se sigue durante aproximadamente 1’5 kilómetros atravesaremos el pinar de La Rinconada hasta ver la bodega de Barcolobo, edificio conocido popularmente como ‘el Almacén’. Aquí el terreno es más arenoso, todo el pinar está lleno de caminos que se dividen y se vuelven a juntar sorteando los pinos, pero no debe preocuparnos, pues todos ellos van a dar al mismo punto de salida y de entrada. Se llega de nuevo a la Presa de San José para, desde allí, realizar el camino inverso y volver a subir por esa parte de la Senda de Los Almendros por la que bajamos hasta llegar al final de la senda que coincide con el punto de partida, que es el Mirador de La Muela.

Senda de la Fuente de la Salud

En el Paseo de La Muela se encuentra la escultura de La Cantarera, y muy cerca de ella un indicador de madera que señala la dirección para bajar a visitar la Fuente de La Salud. Esta senda desciende por la ladera del cerro durante un tramo hasta encontrarse con la Senda de Los Negrillos, la cual se atraviesa para continuar con el tramo siguiente que continúa descendiendo por la pendiente. En la parte más baja los senderistas se adentran en pleno bosque de ribera con un tramo más pronunciado, que cuenta con escaleras de travesaños de madera para facilitar el camino. Este sendero tiene más de 200 metros de longitud, y un desnivel de unos 40 metros que supone un pequeño esfuerzo físico para todo el que los visita.

Cuando se llega a la zona final de esta senda, se trata de la parte más baja de la ladera, justo en la orilla del margen izquierdo del río, donde se encuentra ubicada la Fuente de La Salud, en el mismo centro del meandro del río Duero, lo que la convierte en un mirador excepcional que nos permite asomarnos al río y a la Reserva Natural. Esta fuente es un permanente manantial natural de aguas que brotan de la tierra entre las rocas. Estas aguas eran aprovechadas para el abastecimiento de las familias en tiempos en los que no había agua corriente en los hogares. La escultura de ‘La Cantarera’ es un homenaje a esas mujeres que, con gran esfuerzo y sacrificio, emprendían cada mañana la bajada a la Fuente de La Salud, cargadas con sus cántaros, para después subir esos 40 metros de desnivel y poder abastecer de agua para beber a los suyos.

Senda del Ferrocarril

Esta ruta dedicada a la senda del ferrocarril tiene 8 kilómetros de trayecto lineal y circular con salida desde la Plaza de Constitución y se baja unos metros por la carretera VA-610, hasta que podemos desviarnos por la calle Bollón, que nos aparece a la izquierda. Se continúa bajando hasta el final de la calle en el que aparece la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) y el Arroyo del Caño, cuyo cauce se debe cruzar para llegar al Paraje de La Calda.

En esta zona se puede disfrutar del bosque de ribera en plena desembocadura del Arroyo del Caño. A escasos metros, encontraremos el edificio que alberga los motores de riego del Canal de Castronuño y la exclusa donde se capta el agua del río. El sendero continúa paralelo a este hasta tomar una curva a la derecha que nos conduce a la Carretera Vieja. Es el momento de girar a la izquierda y tomar la Carretera Vieja, pasando del camino vecinal al rugoso asfalto de esta calzada.

Desde aquí son 2 kilómetros en línea recta paralelos al Duero, en los que se ve la desembocadura del Arroyo de La Pitanza, el carrizal, varias huertas y tierras en las que se cultiva maíz, alfalfa, girasol, etc. hasta llegar al paso a nivel de la vía del ferrocarril. En este punto hay que prestar mucha atención, pues nos disponemos a cruzar las vías del tren y hay que extremar las precauciones. A nuestra izquierda se deja el puente del ferrocarril sobre el Duero. Al lado, podemos observar unos pilares de piedra que emergen de las aguas y que servían de soporte al anterior puente construido en 1864 para que la línea Medina del Campo-Zamora (MZOV) pudiera cruzar el río y continuar hasta Toro. Llegan las puertas de la Finca de Cartago de Abajo, que cortan el camino público. Aquí se toma rumbo a la derecha para atravesar unos 500 metros de pinar y llegar a un camino que nos sale a mano derecha, justo cuando termina la zona de pinos.

La estación de Castronuño se encuentra en el km-38,722 de la línea a una altitud de 661,74 metros sobre el nivel del mar, tal y como lo indicaba la desaparecida placa de la fachada. A su llegada a la estación, proveniente de Medina del Campo, la vía se divide en varias partes. Se abre una nueva vía a la derecha de la principal que lleva al andén derecho y que también servía para dejar la vía principal libre en caso necesario. Por la parte izquierda se abrían dos vías que se cortaban a la altura de los muelles. Estas vías adicionales se utilizaban para cargar o descargar las mercancías que traían y llevaban los vagones. Existía un muelle descubierto con una rampa de hormigón al lado de la vivienda del guarda-agujas. Al otro lado de la vivienda se encontraba el muelle cubierto de menor tamaño.

La vía principal llegaba hasta el andén izquierdo en el que se encontraba la cabina de enclavamiento y el edificio de viajeros. Este edificio también sirvió de vivienda de los jefes de estación y sus familias. Entre las instalaciones aledañas a la estación, se encontraba el almacén de vía y obras, la carbonera, la sala de maquinaria fija, una depuradora y depósito de agua y servicios.

Sendero del Arroyo del Caño

Otra ruta que aguarda gran variedad de tesoros naturales es el Sendero del Arroyo del Caño, un camino circular de 8,5 kilómetros en sentido circular. La ruta parte de la misma orilla del Río Duero, en las inmediaciones del casco urbano de Castronuño, allí donde este pequeño regato desemboca en el embalse de San José. En este lugar, dependiendo de la época del año, si estás en silencio y prestas mucha atención, podrás observar aves cuyo hábitat es el río y sus inmediaciones. Este es el caso de cormoranes, fochas, garcetas, ánades, garzas reales y, por supuesto, garzas imperiales, símbolo de la Reserva Natural ‘Riberas de Castronuño – Vega de Duero’.

La ruta, cuyo recorrido está señalizado por los hitos de color naranja, remontará el curso de arroyo por el mismo cauce. Apenas hayas avanzado 500 metros, se ubica la Fuente del Caño. Es una antigua fuente cuyo manantial abasteció de agua a los vecinos de Castronuño desde tiempos inmemoriales hasta que el agua corriente llegó a las viviendas del pueblo.

Durante el trayecto por el cauce del Arroyo del Caño, seco en algunos tramos, se descubren bellos parajes formados por un ecosistema de bosque de ribera. En el cruce del ‘Puente Tres Ojos’, gira a la derecha para coger el ‘Camino de Vadillo’, que discurre paralelo al arroyo. A partir de aquí, la ruta avanza por caminos vecinales. Según se camina se encuentran parajes con distintas áreas arboladas, principalmente de almendros, pinos y chopos, así como cultivos de secano. Es posible que en este punto de la ruta se divisan avutardas, pues esta es la antesala de una zona de páramo cerealista del extenso término municipal de Castronuño en la que habita una importante colonia de estas aves. La ruta dará un giro por el camino de ‘La Cascajera’ para regresar a Castronuño, proporcionando al senderista bellas panorámicas de la reserva natural y del valle del Duero, con un ángulo de visión que abarca parte de las provincias de Valladolid y Zamora, desde Tordesillas hasta Toro.