Ya a las puertas del verano, los castellanos y leoneses quieren saber la previsión para los meses de junio, julio y agosto, que ya podemos avanzar que será un «trimestre cálido» en Castilla y León, «sin tendencia definida» en cuanto a precipitaciones. El delegado territorial de la AEMET en Castilla y León, Manuel Mora, ha detallado este miércoles junto al subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, el resumen de la primavera, además de un balance del año hidrológico en curso y avance de predicción estacional del verano para este año 2025. En primer lugar, la primavera en Castilla y León ha presentado un balance general de periodo cálido. La temperatura media en la Comunidad ha sido de 10,2 grados con una anomalía de 0,2 grados respecto a su valor de referencia.
En concreto, las temperaturas diurnas han tenido un carácter normal, con una anomalía de -0,3ºC, mientras que las temperaturas mínimas han sido muy cálida con 0,7ºC de diferencia con respecto a su valor habitual. Durante toda la primavera solo se han registra 11 días de helada cuando habitualmente suelen ser 20 jornadas, según los datos facilitados por la AEMET. Precisamente, la temperatura máxima más alta se ha anotado el 31 de mayo en Candeleda, en la provincia de Ávila, con 37,4 grados, y la mínima más baja con -10,3 grados ha sido en Espejo de Tera, en la provincia de Soria, ya el pasado 17 de marzo. Por otro lado, también la primavera de 2025 en Castilla y León se ha caracterizado como «muy húmeda» con un superávit en torno al 41%, con 43 días de precipitación apreciable, cuando el valor de referencia está en 28 días. A lo largo de este periodo, la región ha sufrido borrascas de alto impacto como Jana, Laurence y Martinho, en el mes de marzo, y Nuria y Olivier, durante el mes de abril. Estos fenómenos y datos han situado esta primavera como la sexta más húmeda desde el año 1961, siendo la localidad abulense de Serranillos la que contempla el mayor registro de precipitación, con 152 litros por metro cuadrado, el 2 de marzo.
El balance general del periodo primaveral ha sido muy húmedo, sin embargo, los valoraciones mensuales han sido «dispares», tanto en temperatura como en precipitación, con un mes de marzo muy húmedo con un superávit del 105% y muy frío con una anomalía de -1ºC, seguido de un mes de abril húmedo con un superávit del 25% y muy cálido en temperaturas con una anomalía de 1,4ºC, y un mes de mayo húmedo con un superávit del 3% y normal con una anomalía de 0,2ºC en cuanto a registros térmicos. A este balance también hay que añadir que esta primavera ha sido «tormentosa» con un total de 24.790 descargas con una anomalía de 14 puntos por encima de la media. La anomalía negativa ha estado muy marcada en el suroeste, más concretamente en las provincias de Salamanca y Zamora, y la positiva muy marcada en Valladolid y Segovia. La provincia más tormentosa esta primavera ha sido Burgos con 5.814 descargas. En cuanto a efemérides, desde la AEMET destacaron al Observatorio de Soria con la predicación que se registró el 2 de marzo, con 39,2 litros por metro cuadrado cuando el valor anterior era de 31,8 litros por metro cuadrado en el año 2013. En Segovia, en el mes de abril también se registró una efeméride de intensidad de precipitación, con un valor de 54 litros por metro cuadrado, con un indicativo anterior de 45 litros en el año 2008 y de 20 en 1975.
Zamora ha destacado en cuanto a temperatura, ya que la subida de finales de mayo supuso un récord en esta provincia con una temperatura máxima el 29 de mayo de 35,1 grados. En relación a datos mensuales más destacados, la AEMET menciona que en el mes de marzo, la precipitación de Ávila de 157,6 litros por metro cuadrado, que superó el anterior récord de 136 litros por metro cuadrado en marzo de 2022; y en Soria, con 170,6 litros por metro cuadrado, por encima de los 135 del año 2013. También en cuanto a la niebla, Ponferrada tuvo tres días con niebla en el mes de mayo, cuando solo se habían registrado valores anteriores similares de dos días en los años 2018, 2016 y 2007. Sobre el año hidrológico, que comienza el 1 de octubre, el delegado de la AEMET remarcó que el balance a 31 de mayo ha sido «positivo», con un superávit del 10%, aunque comentó que en el extremo norte hay un «ligero déficit» debido a esa distribución «regular» de las lluvias. De cara a las próximas previsiones, se prevé que desde el 6 de junio al 23 de junio, se esperan temperaturas «bastante por encima de lo habitual», al igual que en la última semana de junio y la primera de julio, donde «lo más probable es que haya temperaturas por encima de lo habitual«, aunque los valores sean «más moderados».
En cuanto a precipitaciones «no hay ninguna señal significativa». Cabe señalar, que este miércoles 11 de junio la provincia de Valladolid se encuentra en aviso naranja por tormentas, al igual que ocurrió el pasado 3 de junio con significativas inundaciones en la capital y localidades aledañas debido a la gran tromba de agua que se registró durante la tarde. Ya a partir de mañana en Valladolid no hay avisos por precipitaciones ni tormentas, y las temperaturas volverán a su tendencia ascendente partiendo el jueves de 28 grados de máxima y 13 de mínima, a 36 y 18 grados, respectivamente, el martes de la próxima semana. Durante estas jornadas se espera nubosidad débil y presencia del sol.