El Real Valladolid afronta este jueves 24 de abril un nuevo encuentro ligero con prácticamente nada en juego más que el honor. El equipo blanquivioleta, con los dos pies casi ya en Segunda División, tratará de cortar de raíz la pésima racha de resultados, sumando seis derrotas en los últimos seis encuentros de Liga, y evitar el descenso matemático de no ganar ante el Betis. El entrenador pucelano, Álvaro Rubio, fue contundente este miércoles 23 de abril, en el Día de la Comunidad, a la hora de hablar en rueda de prensa de honrar las raíces castellanas y el sentido de pertenencia: «Lo primero es el respeto al Club y a la afición, esa tiene que ser la mayor motivación, intentar darles una alegría cuanto antes».
Durante su comparecencia, Rubio mostró la tristeza por la situación y el orgullo que supone ser del Real Valladolid. El míster blanquivioleta compartió «un sentimiento muy adentro de tristeza, he vivido las dos caras y encontrarme en esta situación me duele más a mí que a otra persona que pueda estar en este cargo que no tenga la afinidad que tengo yo con el Club; es un sentimiento duro de tristeza y a la vez de mucho orgullo de estar aquí, de dar la cara y acabar la temporada con la máxima dignidad posible, y dar una alegría a la afición que tanto se merece por lo que ha sufrido este año». Además, durante su rueda de prensa, el entrenador del Pucela trató de encontrar una explicación a la situación que ha vivido su equipo esta temporada, con tres entrenadores, una importante crisis deportiva e institucional y a las puertas de un nuevo descenso en la era Ronaldo. «Mentalmente es complicado estar en esta situación, un equipo necesita conseguir resultados para afianzar la confianza, si no llegan se van minando más las cabezas y es complicado sacarlo adelante«, reflexionó.
El entrenador del Pucela también lamentó «llevamos mucho tiempo en esa situación, que o no hay un cambio, o en partidos que sí hemos podido darlo los resultados no han llegado, es difícil dar la vuelta a esa situación«. Además, Álvaro Rubio aseguró que «esto es Primera y no hay piedad con nadie, los equipos salen a arrasar con todo y hay mucha diferencia en cuanto mentalidad competitiva, que es lo mínimo que tienes que hacer para igualar, y si no llegas a eso no puedes competir«. En cuanto al choque de este jueves ante el Betis en el Benito Villamarín, confesó que «somos conscientes que nos enfrentamos a un rival que ahora mismo pasa su mejor momento, tiene al alcance la Champions y la motivación es muy grande para ellos». Además, hizo especial hincapié que para la plantilla del Real Valladolid «la mayor motivación tiene que ser el respeto al Club y a la afición», además de que «jugar un partido en Primera tendría que suponer una motivación más que digna para competir al máximo, que es lo que estamos buscando, y también tenemos que ser conscientes que estos partidos para ellos pueden decidir mucho de su futuro».
Por último, el entrenador del Real Valladolid blanquivioleta afirmó que «carácter tengo de sobra y hay situaciones que si lo tengo que sacar lo he sacado», aunque al mismo tiempo reconoció que «no soy un perfil de ir con el látigo, no es mi forma de ser y no puedo querer ser así, el Club lo sabe y lo dejé bien claro, y puso la confianza en mí». Respecto a la posibilidad de dar marchar atrás y cambiar alguna decisión desde que cogiera las riendas del primer equipo, el técnico del Pucela confesó que «lo volvería a hacer de la misma manera, corrigiendo muchos errores que hemos cometido, decisiones que hemos tomado que evidentemente no han salido como queríamos«, concluyó.