Hasta un cuarto de hora antes del final del partido, la cosa se empezaba a poner muy fea en Zorrilla. El Real Valladolid logró rascar un punto ante el Mirandés con un gol de Ponceau, su primero como blanquivioleta, y evitar que el run run vivido durante el choque desencadenara en la primera crisis de la temporada. Con el empate de este domingo, el Pucela corta la sangría de las dos últimas derrotas, aunque bien es cierto, que el equipo no ha sabido aprovechar los dos encuentros consecutivos disputados en casa, con un balance pobre en los derbis ante la Cultural y el Mirandés con tan solo un punto conseguido. Así, el Real Valladolid de Almada tuvo que conformarse con un punto ante el Mirandés en un derbi regional en el que la mayoría de ocasiones fueron locales pero que pudo decantarse para cualquier lado.
Tras una primera parte en la que los burgaleses llevaron más peligro, y la segunda estuvo dominada completamente por el Pucela. Con el 0-1, los jabatos se replegaron y los pucelanos fueron a más, para protagonizar un asedio constante que llevó al empate, y que con mejor puntería, podría haber supuesto la remontada. A grandes rasgos, los blanquivioletas fueron quienes más veces estuvieron cerca del gol. El equipo generó mucho, especialmente en la segunda parte, y acabó el partido con 22 tiros en total y el equipo metido en el área rival. Pero el tanto fue esquivo, y tan solo la genialidad de tacón de Ponceau para culminar una preciosa jugada colectiva consiguió el premio. Más fácil lo encontró el Mirandés, que rentabilizó sus dos tiros a puerta, diez disparos en total, para sacar un empate de Zorrilla. El partido comenzó con un Pucela que dominaba, tal y como acostumbra a arrancar los encuentros. Un centro del canterano Garriel que no encontró a Peter por muy poco fue el primer aviso. Sin embargo, el paso del tiempo alejaba a los blanquivioletas del campo rival y acercaba a los visitantes al área de Guilherme Fernandes.
Sin peligro real en ningún extremo del campo, pero la sensación de que los burgaleses iban a más y los pucelanos se hacían pequeños. Desde el saque de esquina pudieron marcar los de Miranda de Ebro y respondió Tenés con un disparo desde fuera del área que atrapó el portero Nikic. El gol visitante llegaría en el minuto 37 en una falta lateral botada al área, prolongada de cabeza y finalizada con un cómodo remate de Barea. Hubo suspense, ya que hasta casi seis minutos después no se confirmó, tras la revisión por una posible falta y un posible fuera de juego. Así, el Pucela se veía por debajo en el marcador y de nuevo encajando en su portería. El paso por vestuarios cambió el relato del choque, con un Real Valladolid con mucha más hambre. Las sensaciones de la primera mitad dejaron paso a un equipo pucelano mucho más insistente y más peligroso también, que desde casi el primer minuto se asentó en campo rival para, constantemente, hacer llegar balones al área. El volumen ofensivo creció de manera notable. De dos córners lanzados en el primer acto, a botar seis más en menos de diez minutos. Los disparos tenían malicia y se acercaban al objetivo.
Biuk, Peter y Tenés estuvieron cerca del gol, Meseguer lo acarició tras una falta lateral cuyo remate se fue lamiendo el palo, y poco después Latasa de cabeza se encontró con la estirada del guardameta visitante Nikic. La sensación era que en alguna de esas tendría que llegar el empate. Prácticamente todo el Real Valladolid, a excepción del portero, vivía en campo rival. En el minuto 67, Almada realizó un triple cambio que añadió más artilleros para prender esa pólvora que se acumulaba buscando el 1-1. Con susto no obstante ya que el Mirandés, que buscaba sentenciar a la contra, marcó en el 72′, aunque fue anulado por fuera de juego. Al final llegó el empate pucelano, en una bella jugada colectiva trenzada entre Alani, Chuki, Alejo y Tomeo que acabó con centro raso del central en el área y remate de tacón de Julien Ponceau para estrenarse como goleador blanquivioleta. Era el minuto 75, la esperanza de remontar estaba viva, aunque la ambición pucelana casi sale cara ya que a punto estuvo de aprovechar el Mirandés en dos ocasiones.
La primera un mano a mano de Etienne Eto’o, hijo del mítico Samuel Eto’o, resuelto con un paradón de Guilherme y la segunda con el disparo del ariete Carlos Fernández que se fue fuera por muy poco. El pitido final resolvió la incertidumbre con el reparto de puntos que deja al Real Valladolid con 12 tras ocho partidos disputados. No se pudo ganar, pero por lo menos no se perdió, lo único positivo que se puede sacar de esta Jornada liguera. El próximo domingo 12 de octubre, el Pucela vivirá un nuevo derbi regional, el tercero consecutivo, en esta ocasión con la visita al Burgos a partir de las 18.30 horas.
FICHA TÉCNICA:
(1) Real Valladolid: Guilherme; Alejo, Tomeo, Torres, Garriel; Meseguer (Chuki, min. 67), Lachuer (Alani, min. 46); Peter, Tenés (Jorge Delgado, min. 67), Biuk (Ponceau, min. 67); Latasa (Arnu, min. 83).
(1) CD Mirandés: Nikic; Novoa, Juan G., Martín, Córdoba, Pablo Pérez (Medrano, min. 46); Barea, Bauza (Álex Carnero, min. 83), Marino (Thiago, min. 65), El Jebari (Eto’o, min. 65); Petit (Carlos Fernández, min. 65).
Goles: 0-1, Barea, min. 37. 1-1, Ponceau, min. 75.
Árbitro: Salvador Lax (C.T. murciano) amonestó a los visitantes Marino.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 8 en LaLiga Hypermotion 2025-26, disputado el domingo 5 de octubre, a partir de las 18.30 horas, en el Estadio José Zorrilla ante 18.574 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Edu Manga, recientemente fallecido.