Empate del Real Valladolid en el último partido de pretemporada en un derbi castellano que casi se le atraganta al equipo de Guillermo Almada. La primera parte blanquivioleta en El Plantío, ante el Burgos, dejó a un equipo que no se encontró y que se fue al descanso castigado por 2-0. En la segunda mitad la versión fue muy distinta, recobrando la identidad, compitiendo y acercándose a un empate que llegó en el descuento con el 2-2 final. El planteamiento inicial de los de Almada buscó, con ambición, una presión alta que asfixiara al rival. El Pucela quería ser un equipo creativo, que quería construir con balón, con una circulación que buscaba fluidez y rapidez.
Los pucelanos querían llevar las riendas el cuadro visitante, pero los burgaleses no permitieron ese dominio, y con el paso de los minutos la balanza se inclinaba hacia el lado local. Los destellos de los blanquinegros ganaron en intensidad y el peligro se instaló en el área de Guilherme. El gol anulado a Chapela en el minuto 8 fue el preludio poco después un penalti transformado por Curro Sánchez que puso el 1-0, en el minuto 16, David Torres salvó bajo la línea, y nueve minutos más tarde llegó el segundo con un disparo desde la frontal, obra de Chapela. Esos minutos noquearon a los blanquivioletas, que por cierto, estrenaban su tercera equipación amarilla en esta mañana de este sábado. El equipo acabó la primera parte precipitado, superado en su presión, llegando tarde a los duelos, perdido, y tan solo un par de llegadas ya en la recta final pusieron un poco de luz a estos 45 minutos. Tras el descanso, las sensaciones mejoraron con creces. El Real Valladolid demostró capacidad de reacción, saber echar el ancla y redirigir el rumbo. El Burgos siguió intenso, pero el Pucela estaba decidido a recuperar el pulso.
La primera llegada fue visitante, y con cambios de Almada en el descanso, los pupilos pucelanos se encontraron sobre el césped y esa balanza rota en el primer tiempo volvió a calibrar. Tal fue así que el gol no tardó en llegar. Además en una jugada bien hilada, en la que Biuk desbordó por banda izquierda, la pelota llegó a la banda derecha donde Xavi Moreno la puso ahí donde se crea el peligro, en el corazón del área, donde Meseguer entró recordando temporadas pasadas, obligando al portero local a una buena parada y dejando el balón franco para que Juanmi Latasa culminase la obra. El 2-1 abrió la puerta a la tímida reacción burgalesa, que aunque estuvo cerca de anotar el tercero en una acción aislada se encontró una defensa fortalecida, segura Y sin fisuras. El Real Valladolid acentuó su dominio, se hizo único dueño y señor de la redonda, manejó el timón, mientras que los locales se refugiaron en el recurso del juego directo, sin hacer daño. Aunque las piernas acusaban el cansancio propio de la temporada, los blanquivioletas mantuvieron su vocación de presión alta hasta el final.
Cuando parecía que la derrota era inevitable y las dudas sobrevolaban al equipo de Almada a una semana del debut liguero, llegó el empate. Meseguer, en tiempo de descuento, arañó una falta dentro de la media luna que Amath se encargó de lanzar. El primer golpeo impactó contra la barrera pero a la segunda, el rebote, fue para dentro para poner el definitivo 2-2. Con este empate, el primero de una pretemporada que llega a su fin donde el Real Valladolid también ha sumado dos derrotas y dos victorias. Ahora, tras las pruebas el foco está puesto en la importante, el duelo del viernes 15 de agosto a las 21.30 horas ante el Ceuta en el Estadio José Zorrilla para disputar la jornada 1 de la temporada 2025-2026.
Carácter para afrontar LaLiga
Guillermo Almada analizó el empate ante el Burgos en el último duelo de pretemporada, donde subrayó que «en el primer tiempo no jugamos bien. Nos equivocamos mucho, perdimos muchísimos balones, tuvimos muchas imprecisiones en el manejo y eso te hace perder la iniciativa y la confianza, sumando eso a los errores defensivos, tenemos que seguir mejorando«. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, una segunda parte que «me gustó más, el carácter, la búsqueda permanente». Almada avanzó que «vamos a tratar de poner a los que mejor están, analizaremos detenidamente para dejar los tres puntos en nuestra casa, que es importante empezar bien«, y en cuanto al modo de juego asumió que «los sistemas tácticos son móviles, buscamos libertad, intentaremos trabajar diferentes variables y apelamos mucho a la inteligencia de los jugadores, que tengan esa lectura de juego de acuerdo a lo que precise el partido y plantee el rival». Por último, el entrenador blanquivioleta fue claro a la hora de hablar si se ve o no candidato al ascenso: «Si lo somos o no tenemos que demostrarlo, no me acuerdo nunca en mi carrera que hayamos ganado con palabras, lo tenemos que demostrar».