La Junta aprueba su V Plan de Salud para reforzar el «bienestar integral» de los ciudadanos con vigencia hasta 2032

El Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado hoy el V Plan de Salud de Castilla y León 2025-2032, que con 40 objetivos y 169 medidas específicas se constituye como el instrumento estratégico de referencia para la planificación y dirección del Sistema de Salud, determinando las líneas fundamentales de la política sanitaria de la Comunidad de eficacia, seguridad, equidad, cohesión, innovación y desarrollo, y dirigiendo las intervenciones para desarrollar una salud integral y efectiva. Bajo el lema ‘Castilla y León es salud’, este Plan nace con la vocación de consolidar los logros alcanzados en los últimos años y proyectar una visión renovada, integral y sostenible. Entre sus prioridades destacan la atención a colectivos vulnerables, la promoción de hábitos saludables, la prevención de enfermedades y la mejora continua de los servicios públicos de salud. Además, apuesta por la digitalización, la innovación y la investigación como motores de transformación del sistema sanitario.

Este nuevo marco de actuación marca un hito en la evolución de las políticas públicas en materia sanitaria, y reafirma el compromiso del Gobierno autonómico con un sistema sanitario público, universal, gratuito y de calidad, moderno y accesible. El Plan promueve la salud en todas las políticas, reconociendo que el bienestar biopsicosocial de la ciudadanía requiere una acción intersectorial y colaborativa que trasciende el ámbito estrictamente sanitario. Los determinantes sociales de la salud incluyen aspectos como la educación, el empleo, los ingresos, las condiciones de la vivienda o el acceso a los sistemas de salud de calidad, entre otros, y se relacionan con los hábitos y estilos de vida de las personas. Por ello, este Plan incorpora medidas que orientarán la acción pública más allá del sector sanitario, con un enfoque integral y multidisciplinar. Los indicadores de salud en Castilla y León presentan un balance general positivo. Sin embargo, el Plan identifica y aborda desafíos como por ejemplo la longevidad, la carga de enfermedades crónicas, los riesgos derivados de la globalización o la transformación digital, entre otros.

Frente a estos retos, se apuesta por un enfoque que se centra en los factores que promueven el bienestar y la salud, en lugar de simplemente prevenir la enfermedad, y por el conocido paradigma ‘One Health’, que reconoce la interdependencia entre la salud humana, animal y del ecosistema. El V Plan de Salud de Castilla y León se articula en torno a tres ejes fundamentales, como son sanitario, social y económico, y contempla siete objetivos generales y cuarenta estratégicos que se despliegan mediante 169 medidas que se irán completando durante su vigencia. Su principal seña de identidad es la combinación de innovación tecnológica, transformación digital y procesos basados en valor, con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios públicos y garantizar la equidad en el acceso. Además, apuesta por aprovechar los activos en salud del territorio, fomentando hábitos de vida saludables, entornos accesibles y redes comunitarias basadas en la cooperación y la solidaridad. Sin olvidar la oportunidad que supone para el desarrollo del territorio los sectores vinculados a la salud como el biosanitario o el biotecnológico, con gran capacidad de atraer talento en una economía basada en el conocimiento.

La elaboración del Plan ha sido fruto de un proceso abierto, participativo y transversal, que ha contado con la implicación de todas las consejerías de la Junta, profesionales sanitarios, agentes sociales, organizaciones ciudadanas, expertos de diferentes perfiles y la propia población. Esta participación plural ha permitido identificar prioridades, definir objetivos y diseñar acciones concretas, fortaleciendo la legitimidad y viabilidad del documento. El Plan también contempla mecanismos de evaluación continua para medir el impacto de las acciones previstas, mediante una estructura de gobernanza para su despliegue y un sistema de monitorización con 385 indicadores de realización y rendimiento, que permitirán realizar los ajustes necesarios durante su vigencia hasta el año 2032.