Que Zorrilla sea inexpugnable. Ese es el objetivo para esta jornada 11 en LaLiga EA Sports en la que el Real Valladolid recibe al Villarreal este sábado 26 de octubre a las 14.00 horas, un rival poderoso en buen estado de forma ante el que los blanquivioletas quieren reivindicarse y mantener viva la llama encendida en Vitoria. Para volver a ganar en casa hay que derrotar a uno de los visitantes más potentes del campeonato. Los amarillos son el segundo mejor equipo a domicilio y llega a este duelo en la cuarta posición de Primera División, puesto que habla claramente de su capacidad. Por su parte, el Pucela es antepenúltimo y busca recuperar esa solidez, mantener la alegría del triunfo después de coger aire con la remontada ante el Alavés.
En el cara a cara, destaca el bagaje ofensivo de los de Marcelino, quienes sin embargo han encajado en todos los partidos de Liga que han jugado este curso. Para sumar de tres, el peso del Estadio José Zorrilla también será fundamental, con la familia blanquivioleta en la grada y con la historia, que a lo largo de los enfrentamientos en la máxima categoría, narra un balance positivo para los locales. Los de Castellón acumulan muchísimas virtudes, es indudable, y una buena muestra de ello se obtiene simplemente mirando la clasificación. Un total de 18 puntos en estas diez jornadas deja al Villarreal en la cuarta posición, unas prestaciones notables que alcanzan el sobresaliente cuando los amarillos juegan lejos de La Cerámica. A domicilio han sumado diez puntos en cinco partidos, con tres victorias ante Sevilla, Mallorca o Espanyol, un empate frente al Valencia y una derrota contra el Madrid, lo que en la clasificación de visitantes los sitúa en segunda posición.
Ante el poderío rival, la fortaleza local. El Pucela quiere volver a levantar en Zorrilla su fortaleza medieval, un castillo poderoso y sólido como los muchos que tenemos en la provincia. Para eso, el objetivo es reencontrarse con la victoria ya que ahora los blanquivioletas, con cinco puntos en cinco partidos, aparecen en la zona baja de la tabla en cuanto a rendimiento como local se refiere. Las dos últimas derrotas frente al Mallorca y Rayo Vallecano empañaron un buen arranque de campaña en casa con un triunfo contra el Espanyol y dos empates sin encajar ante Leganés y Real Sociedad. La empresa no será fácil este sábado ya que el submarino amarillo suma 18 goles a favor y es el cuarto equipo que más disparos realiza del campeonato, con 107, de los cuales 44 han ido entre los tres palos, el 41%. Los de la Comunidad Valenciana anotan de media 1,8 goles por partido, necesitan 2,4 golpeos a puerta para hacer un gol, y logran de media 4,4 tiros a portera por partido.
Cifras muy a tener en cuenta, las del tercer equipo de Primera con más tantos anotados esta campaña, solo por detrás de Barcelona y Madrid. Esta semana, en la previa del choque, Paulo Pezzolano aseguró que la última victoria ha supuesto un plus anímico, y que ahora hay que sumar en casa ante un rival duro. «Queremos que se siga viendo esa rebeldía. A pesar de que hubo un pequeño error, no nos hundimos. Ojalá sea un punto de inflexión. Que nos traiga mucha fuerza y confianza», expuso el uruguayo. «Tenemos que hacer un partido muy completo para intentar sacar algo positivo contra un gran equipo como el Villarreal», aseguraba Raúl Moro en estos últimos días, quien confesaba que «no me gusta mirar la clasificación, te pones a hacer cálculos y cuando te pones a eso estás más a calcular que a lo que de verdad importa, sumar los tres puntos«.
El duelo será dirigido por Francisco José Hernández Maeso, asistido en las bandas de Zorrilla por Massó Granado y Pérez Dapía, y en la Sala VOR por Del Cerro Grande. El colegiado nacido en Bélgica, aunque perteneciente al Comité Extremeño, volverá a cruzarse con el Pucela esta temporada, después del encuentro en Vigo frente al Celta. Ese precedente, que acabó con derrota blanquivioleta por 3-1 y una polémica expulsión de Mario Martín, es el único en Primera. Eso sí, en Segunda, en la 2021/22 cosechó tres victorias con él al silbato ante Eibar y Tenerife, en Liga; y ante Las Palmas, en Copa del Rey. A estos resultados hay que añadir el empate 2-2 contra el Almería en la jornada 36 de aquella temporada, la cual terminó con el ascenso del equipo de Pacheta.