Sin fuerzas para obrar la machada ante el Estudiantes

El Real Valladolid Baloncesto no tuvo la gasolina ni efectivos suficientes para imponerse a Estudiantes. Diezmados por las múltiples ausencias de Schmidt, Torres, Puidet, Royo, Kabasele entre algodones y sumando las lesiones durante el partido de Ziggy y Belemene, el cuadro vallisoletano firmó un excelente primer cuarto y una buena primera mitad, pero se quedó sin fuerzas ante los colegiales, con más fondo de armario y combustible. De inicio, igualados en cuanto a fuerzas y con los depósitos llenos, los castellanos fueron mejores que su rival. Las primeras ventajas tuvieron siempre tono blanquivioleta merced a los puntos de Nwgobo, que sigue en un estado de forma pletórico, y de Ziggy, bien en la dirección de las operaciones. Con un 12-5 de salida y dos triples seguidos de Romaric Belemene para golpear con un fulgurante 19-9 que obligó a Pedro Rivero a pedir tiempo muerto.

Los locales no sólo vivieron de los puntos y del acierto en el triple (6/7), también se afanaron atrás para mantener esa renta durante todo el primer asalto. A pesar de la aportación de Larsen, siempre bien defendido pero mostrando su calidad, los de Paco García se llevaron una renta de 8 tras un excelente cuarto inaugural y un festival de triples. Estudiantes respondió apretando también y el RVB se atascó por momentos, lo que llevó a un parcial de salida de 0-7. Lucas N’Guessan tomó el testigo de Lotanna Nwogbo y se adueñó de la zona para, con dos canastas seguidas y varios rebotes consecutivos, alejar de nuevo al Pucela (35-28). Pero el mando le duró poco a los locales. A pesar de que Estudiantes entró pronto en bonus, los colegiales dieron un paso adelante y pusieron las tablas después de muchos minutos a remolque merced a una actuación brillante de Ferrando.

Partido igualado de nuevo y tiempo muerto obligado para Paco García. Los pucelanos, eso sí, volvieron a tener arrestos y los puntos de Kovacevic sirvieron para que el cuadro del Ramiro no alcanzase el descanso con ventaja. Más equilibrado el choque ahora y tras un carrusel de faltas que impidió a ambos coger ritmo, las tablas imperaban en el ecuador de la contienda con el 44-44. Diezmado por las ausencias y con una rotación tremendamente corta, el paso de los minutos jugaba en contra de un RVB, que a diferencia del primer cuarto, salió negado de cara al aro. Estudiantes trató de asfixiar a los locales e imponer su mayor nivel físico y fondo de armario, apretando en defensa y firmando una mejor salida con un parcial de 0-6 (44-50). Al Pucela Basket no le daban las piernas y cada vez le costaba más seguir el ritmo del cuadro estudiantil. Los de Pedro Rivero volvieron a pegar otro estirón de 0-8 (44-60) justo cuando los videomarcadores de Pisuerga pidieron también un descanso.

Problema técnico, partido parado durante varios minutos y reinicio casi diez minutos después. Y esa pausa le dio vida a las ardillas, que tomaron aire y regresaron dispuestos a sacar fuerzas de flaqueza para buscar la machada. Un 5-0 de salida con triple del canterano Juan Lambás, que llevó bien las riendas durante toda la segunda mitad, tensó la cuerda de nuevo y los de Paco García creyeron para aferrarse con todo al partido y llegar con vida al último asalto con un 56-65 en el luminoso. El equipo de Pedro Rivero llegó a disponer de más de 20 de ventaja, 21 para ser más exactos con 6:30 por jugarse, pero los de Paco García volvieron a levantarse y rozaron la machada. Las ardillas llegaron a bajar de los diez puntos incluso en una recta final y hubo opciones, pero las fuerzas sencillamente no dieron para más. Estudiantes, con galones y sangre fría, anotó en las posesiones clave para manejar siempre un colchón de diez tantos y terminar por llevarse la victoria de Pisuerga por 73-88.